miércoles, 19 de junio de 2024

Lo que quiero en la Vida.

La verdad es que no tenemos ni idea sobre la vida. Pero lo más curioso es que somos los primeros en dar consejos sobre todo, sin ocultar nada. Nos volvemos personas muy seguras de todo. Y es que la realidad, observar la vida de otros o escuchar los problemas de los demás, se nos hace más fácil entender, comprender, ser empáticos, pero todo hacia las otras personas. La parte más dolorosa es verse a sí mismo. Ya no volvemos a ser esa misma persona, ni tan seguros, ni a comprendernos. Nada, se nos hace cuesta arriba cada vez que nos centramos en nosotros mismos. Observar heridas, vergüenzas y todo lo que barremos bajo la alfombra para que nadie pregunte ni sepa de tu verdadera versión en esta vida. Me han dicho en varias ocasiones que soy una persona que sabe escuchar. Y en realidad no es que te esté escuchando a ti exactamente, sino a mí misma. Es como si me pusiera en tus zapatos, pero en mi situación. No venimos en modo de salvar todo lo que se te presente en la vida, nos llevaríamos una decepción constante. Para mí, lo mejor que una persona puede hacer por otra persona es simplemente saber escucharla. No te centres directamente en el tema, sino en sus expresiones, sus emociones y cómo te cuenta esa historia. ¿Qué piensa al respecto de todo eso? Así es como descifrar un alma, una persona clara. De su historia puede sacar solo una conclusión: su reflejo en ese momento. Pregúntate qué harías tú en su situación, ¿reaccionarías igual?, ¿cómo te afectaría a ti mismo toda esa historia?, ¿si te resuena algo de lo contado?O puede que simplemente, esté bien solo escuchar. De las otras personas, de los sucesos que la vida te presente, toda tu vida.Es simple hecho temporal, para encontrarte a ti mismo. ¿Los cambios por qué existen para ti? Para mí, para enfrentar nuevos retos y desafiar mi alma en momentos incómodos, necesito cosas diferentes para poder aprender cosas nuevas, comidas nuevas, personas nuevasMe fortalece muchísimo ayudar a otras personas, me hace sentir feliz al saber que la otra persona recibe un pedacito de mí en su vida. Sea lo que sea, ayudar a una amiga, por ejemplo. No puedo contar mucho la verdad, pero gracias a ella me hizo comprender un poco más de la vida. Que todo aquel que tenga un poquito de confianza en sí mismo puede lograr grandes cambios. Que nos quejamos de cosas que pierden la importancia cuando te das cuenta de que lo tienes todo con tan poco. Sin darme cuenta, a veces tenía días de cambios de humores, la mayoría de las veces sin sentido alguno. Conocer a otra persona, escuchar su historia, sus crisis, etc., me hizo bajar la cabeza y volver a conocerme a mí misma, y les aseguro que no volví a enfadarme, o al menos no sin motivos como antes, jaja. Es ahí cuando la vida te demuestra que tienes que centrarte en ti, en cuidar tu propia energía. No dejar que el exterior tome las riendas de tu propia vida. Nadie te salvará de nada, y eso lo tengo muy claro. Mi creencia actualmente, que por cierto mientras más te conoces nunca hay una creencia definitiva para mí, y que ahora soy creyente en mi propia soledad. Soy leal a ella y me siento la mujer más feliz y tranquila. Puede que creer en mí me hizo ver que solo yo me voy a ver guapa por las mañanas, que sea yo misma quien celebre mis propios logros. Y eso, ahora mismo me cuesta dejarlo. Me siento a gusto en mi fortaleza. Celebro por todas aquellas personas que tienen su otra mitad de algo y son felices. En fin, aprendemos a querernos a nosotros mismos a través de golpes. A veces lo bueno no es el viaje, sino el destino. Mi viaje puede que tenga muchas, muchas curvas aún como para poder centrarme en otra persona. Por lo tanto, aquí y ahora, disfruto de mi propia compañía con Netflix jaja. Con este mini relato, quiero compartir que todos somos personas. Cualquier duelo doloroso puede que sea la única manera que nos hace entender que debemos escucharnos a nosotros mismos más seguido. Que después de ese momento temporal, merecemos recibir algo mejor. Que no tengamos que perder el norte si algo no sale como pensamos, sino tener más paciencia con nosotros mismos. Así tendríamos mejores días y una vida más emocionante. No digo que no tendrás días grises, puedes soltar todo claro. Pero antes de gestionarlo no adecuadamente y soltar cualquier grosería, lo mejor es respirar profundo y llegar a esa relajación hasta que se te olvide por qué estabas enfadado. ¿Valdrá la pena? Acepta tu vida tal como es. Puede que la vida te esté mostrando algo de ti.

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